Teletrabajo y horas de sueño
Fecha de publicación Actualizado : 16. febrero 2023
Trabajar desde casa es un desafío para muchos. Se requiere de un alto nivel de autodisciplina. Además, la falta de interacción social con los colegas, hace que la comunicación no sea tan fluida como en persona y que no se valore con tanta facilidad el trabajo desempeñado. Otro punto importante a tener en cuenta es el silencio. En la ruidosa oficina el silencio es muy valorado, pero puede volverse muy agotador rápidamente si trabajamos desde casa. Evidentemente, si los niños están en casa el silencio no será un problema, pero será igual o más agotador que el silencio.
Siesta a la hora del almuerzo
Lo que no es posible en la oficina, en casa se hace realidad. Después del almuerzo, tienes la libertad de tomar una breve siesta. Hay algunas cosas a tener en cuenta para que la siesta de la tarde sea un descanso eficaz y no te canse aún más.
Una siesta energética en lugar de un sueño profundo
Es recomendable que la siesta no sea demasiado larga. Lo ideal es que dure de 10 a 20 minutos como máximo. Tiempo suficiente para calmarse y entrar en la fase de sueño ligero. De esta manera no te costará levantarte. Si por el contrario duermes más de 30 minutos corres el riesgo de ser despertado en una etapa de sueño más profunda, consiguiendo con ello que te cueste más levantarte y te sientas más cansado. Una siesta demasiado larga o demasiado tarde puede hacer que no tengas sueño por la noche y retrase tu horario habitual de ir a dormir, interrumpiendo el ciclo de higiene del sueño. Esto provocará que las horas de sueño se acorten. Ten en cuenta que mantener una higiene del sueño ayudará a tu sistema inmunológico. Por lo tanto no duermas demasiado, pero tampoco demasiado.
Así triunfa la cabezadita de la tarde
Echar una cabezadita de vez en cuando no es un problema, solo tenemos que tener en cuenta de que esta cabezadita se adapte de manera óptima a tus fases de sueño, se recomienda el truco de la cuchara: agarra una cuchara en tu mano y déjala colgar. Durante la transición a las fases más profundas del sueño, la mano se relaja y hace caer la cuchara al suelo. El sonido te despierta y si te levantas de inmediato, estarás en forma de nuevo en poco tiempo.
Consejo: para asegurarte de que te despiertas no está de más que pongas la alarma por si acaso el truco de la cuchara no funciona.
Paseo vs Siesta
A veces la siesta nos deja más cansados de lo que estábamos y es recomendable dar un paseo. El aire fresco literalmente te despeja y el ejercicio físico libera bloqueos mentales. Un paseo, posiblemente bajo el sol, incluso fortalece el sistema inmunológico. Se estimula la circulación sanguínea y el cansancio da paso a una sensación tonificante. De regreso a tu escritorio, probablemente tendrás una fase de trabajo altamente eficiente. Si no puedes o no quieres salir, también puedes probar a abrir la ventana y hacer algunos ejercicios de estiramiento, saltos o incluso correr. Esto puede parecer un poco tonto, pero te despejará. Pruébalo.
Una cama es una cama
La idea parece tentadora y acogedora, pero evita trabajar en la cama. Un colchón está diseñado para acostarse y no para sentarse. Independientemente de la postura en la que trabajes con el portátil en la cama, no será ergonómicamente hablando beneficioso para tu cuerpo. Puede provocar tensiones y tendinitis.
Mantén siempre la zona de trabajo separado de tu dormitorio siempre que sea posible. Tener la oficina en el dormitorio es una mala idea. Es importante desconectarse después del trabajo, y mantener el dormitorio exclusivamente como zona de descanso. Como hemos dicho esto no solo permite desconectar del trabajo sino que interrumpe las fases de reposo. En el caso de que por temas de espacio, debas trabajar en el dormitorio, al menos debes alejarte de la cama durante las horas de trabajo. El colchón no está diseñado para sentarse y si trabajamos sentados en él durante largos periodos de tiempo provoca en nosotros una postura encorvada que es muy perjudicial para la espalda y los nervios a largo plazo. Además trabajar en la cama o cerca de ella puede hacer que nuestro estado mental no juegue una mala pasada y pensemos frecuentemente que “estamos demasiado cansados para trabajar”. Combinar el área de trabajo con el de descanso no es lo óptimo y lo ideal sería que ambas áreas permanecieran separadas.
Estructura y flexibilidad
Una estructura sólida es una gran ventaja. Para la mayoría de la gente, esto viene determinado por los desplazamientos al trabajo y los tiempos de descanso. Crea tu propia estructura en el teletrabajo. Establece las reuniones a través de chat, video o conferencias telefónicas solamente dentro del horario de trabajo. Por supuesto no te olvides de las pausas y de establecer el comienzo y finalización de la jornada laboral. Cualquiera que haga teletrabajo y no tenga niños puede aprovechar este tiempo para probar modelos de sueño polifásicos. Estos patrones de sueño, que de otra manera no son necesariamente aceptables socialmente, también estructuran el día a través de intervalos de vigilia y sueño.
Escollo: tareas domésticas de la oficina en casa
Por muy tentador que parezca hacer las tareas del hogar como ordenar o lavar la ropa durante los descansos en la oficina en casa genera el riesgo de que la línea entre el trabajo y el ocio se vuelva algo confusa. Si es posible, usa tus descansos de trabajo exclusivamente para descansar o desconectar. De no hacerlo puede ser que al final del día no te queden energías.